Resumen nº 6
- Mario García García
- 26 oct 2015
- 2 Min. de lectura
En la última sesión teórica, se ha hablado de la tarea que tiene el Dircom en cualquier empresa, para entender el cómo hace su trabajo.
La reputación corporativa se puede dividir en dos vertientes: acrecentar de la reputación y vigilante de la reputación. En esta última tiene mucha importancia su función de velador de la reputación existente/consolidada. Es decir, intenta conseguir que ninguna problema o situación de crisis pueda afectar negativamente la imagen que transmite su empresa.
Durante la clase teórica se puso como ejemplo a Novartis, empresa multinacional que se dedica a la industria farmacéutica y a la biotecnología. Esta compañía enfocada al ámbito de la salud, afirma que su objetivo es “descubrir, desarrollar y comercializar con éxito productos innovadores destinados a curar y prevenir enfermedades, a aliviar el sufrimiento y a mejorar la calidad de vida de las personas”.
Novartis deja bien claro que su meta general es que las personas tengan una mayor calidad de vida. Para la consecución de su meta debe tener también metas secundarias, que en su conjunto harán cumplir la meta principal. Las metas secundaria son que se consideren valorados por la sociedad, que sus productos sean eficaces, I+D innovadora, que tenga un empleador atractivo, un rendimiento financiero sano, que sean totalmente transparentes para obtener la confianza del público y presentar la habilidad de liderazgo.
A partir de estas metas secundarias, se deben establecer una serie de objetivos y requisitos que deben cumplir de manera efectiva con el propósito de conseguir esa codiciada meta final. Lo mismo que sucede en Novartis, ocurre en otras empresas, donde la meta final está formada por metas secundarias distintas entre sí, pero con un mismo fin.
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